Departamento que las entidades intermediarias destinan para atender las consultas, quejas y reclamaciones de sus clientes, en el ámbito de los productos y servicios financieros. La normativa obliga a las entidades de crédito, las empresas de servicios de inversión y las sociedades gestoras a disponer de este servicio, del que deben ofrecer información suficiente en sus oficinas y en sus páginas web.