¿Qué son los bancos centrales?

Educación financiera
por Francisco López
20 de octubre, 2021

1. Introducción

Los bancos centrales ocupan, hoy más que nunca, un papel fundamental tanto en el plano económico-financiero mundial, como en las vidas de cada uno de nosotros, aunque no seamos del todo conscientes de ello.

Sus decisiones generan un gran impacto en las economías y sociedades de hoy en día y afectarán al devenir de las próximas generaciones. Por ello, es de suma importancia entender cuáles son los objetivos de estos organismos, qué herramientas utilizan y qué consecuencias originan a medio-largo plazo.

2. Orígenes y funciones

Los bancos centrales surgieron principalmente para financiar guerras, salvaguardar las reservas internacionales y ayudar a los gobiernos con sus finanzas. El primer banco central fue el Banco de Suecia en 1668 y, posteriormente, surgieron más, como el Banco de Francia en 1800 o la Reserva Federal de EE. UU. (también conocida como la Fed, Federal Reserve Bank) en 1914.

A diferencia de un banco comercial, el cometido de un banco central no es lucrativo, sino que su papel es de corte regulatorio/político. El principal objetivo de muchos de los bancos centrales es mantener la estabilidad de precios de su región, o lo que es lo mismo, controlar la inflación (aumento sostenido y continuado de los precios). La Fed o el BCE (Banco Central Europeo) consideran que una inflación de un 2% anual es un nivel sano para la economía. Además, algunos (como la Fed) también pretenden contribuir a la generación de empleo. Estos objetivos permiten generar un entorno de estabilidad y confianza entre inversores y consumidores, que es crucial para la buena marcha de la economía.

3. Política monetaria

Existen dos tipos de política económica diferenciados, política fiscal y política monetaria. La política fiscal es soberanía de los gobiernos, y trata ámbitos como el gasto público o los impuestos. Por su parte, la política monetaria, en la que nos centraremos, es competencia de los bancos centrales. Esta política permite, como si de un grifo se tratara, regular el dinero en circulación en una economía, también conocido como la masa monetaria.

Por lo tanto, dependiendo de las condiciones económicas (inflación, desempleo, etc.), se emitirá o se drenará liquidez al sistema para conseguir una evolución sana y estable de la economía. Este flujo de dinero se canaliza a través de los bancos comerciales, siendo estos los que, teóricamente, hacen llegar este dinero a la economía real en forma de créditos a empresas y particulares.

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Para llevar a cabo esta política, una de las herramientas más conocidas que poseen los bancos centrales es la libre fijación de los tipos de interés, o precio del dinero.

Por ejemplo, para hacer frente a una época de desaceleración económica y reactivar la economía, como sucedió en la crisis del 2008, los bancos centrales pueden bajar los tipos de interés, fomentando que los bancos comerciales estén más predispuestos a otorgar préstamos a familias y empresas, al obtener financiación más barata por parte de estos. Como estos tipos son bajos, las familias y las empresas consumirán más, iniciarán nuevos proyectos, etc. A esto se le llama política monetaria “expansiva”.

Por otro lado, una política monetaria “contractiva” persigue el efecto contrario, contener las subidas de precios. Estas subidas se suelen dar como consecuencia de un periodo de fuerte y prolongado crecimiento, en el que el nivel de desempleo se encuentra en mínimos y donde los trabajadores exigen mayores salarios por la mayor oferta de trabajos, lo que repercute en el precio de los bienes y servicios. Para evitar la generación de burbujas, los bancos centrales pueden aumentar los tipos de interés haciendo más cara la financiación bancaria y reduciendo de esta manera el apetito de créditos solicitados por parte de familias y empresarios, lo que, en definitiva, disminuirá la presión al alza en los precios de bienes y servicios.

4. Política monetaria “no convencional”

Desde la última crisis financiera de 2008, se ha aplicado una política monetaria ultra expansiva, donde además de reducir los tipos de interés se han utilizado herramientas muy agresivas, solo destinadas para situaciones extraordinarias, o no convencionales, e incluye, por ejemplo, la compra masiva de activos o el préstamo directo a compañías y gobiernos (saltándose a los bancos comerciales para llegar de forma más directa y rápida a la economía real).

Estas medidas han hecho que en los últimos años hayamos asistido a un incremento de los activos de los principales bancos centrales (poseer títulos de deuda de otro es un activo), tal y como se aprecia en el siguiente gráfico:

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Se observa como el volumen de activos sobre el PIB de cada región, ha pasado de una media del 20% en 2009 a un 60% en 2021, exacerbada con la crisis del Covid-19, donde todos los bancos centrales destinaron cantidades ingentes de dinero a prevenir una crisis económica más profunda.

Si estos bancos poseen tantos activos en su balance es debido a que otros players, principalmente gobiernos y empresas, presentan elevados niveles de deuda.

5. Conclusión y lecciones

Los bancos centrales, encargados de la política monetaria, otorgan estabilidad al sistema económico-financiero, sin embargo, en los últimos 10-15 años hemos asistido a un incremento de medidas no convencionales ultra expansivas, que hasta el momento han ayudado al buen devenir de las economías, pero, a su vez, las han hecho muy dependientes de las mismas. Por lo que, actualmente, cualquier mínimo movimiento por parte de estos organismos tiene un gran impacto, aumentando así la importancia de estos players en la economía y sociedad.

Si por algo se han caracterizado los bancos centrales en los últimos años, ha sido por hacer todo lo posible para que no se produzcan crisis severas que puedan amenazar la estabilidad del sistema global y si estas crisis surgen de manera repentina, dar una respuesta rápida y contundentemente. Veremos si en algún momento futuro su importancia disminuye, pero hoy en día su papel en la economía es de total protagonismo.

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