¿Qué importancia debemos darle a las previsiones sobre la evolución de los mercados?
Cuenta la leyenda que el barco de Teseo, un héroe griego, fue preservado durante siglos. Con el paso del tiempo, cada pieza de madera del barco fue reemplazada por una nueva, hasta que no quedó ninguna parte original. La paradoja de esta historia nace al cuestionarnos lo siguiente: ¿sigue siendo el mismo barco a pesar de que se hayan reemplazado todas sus piezas?
Esta historia es análoga a lo que ocurre en los mercados financieros donde, cada año, muchos inversores trazan sus rutas con mapas basados en la visión común del mercado (consenso), creyendo que en esta media se encuentra lo que depara el futuro. Sin embargo, al igual que el barco de Teseo, que nunca permanecía igual, esta visión común va evolucionando continuamente, desafiando las predicciones establecidas. Lo que hoy parece ser una ruta clara, puede cambiar sensiblemente en poco tiempo.
En consecuencia, podemos afirmar que no tiene mucho sentido afrontar una estrategia inversora de medio y largo plazo en función de las referencias que tenemos a inicios de año, pues sabemos que van a ocurrir muchas cosas por el camino. Es por ello por lo que es más importante el proceso, que nos ayudará a que, conforme las piezas de nuestro barco vayan cambiando, este sea capaz de mantenerse a flote y pueda superar todas las adversidades que se encuentre, que el destino (incierto) que nos fijemos el primer día del año. Además, es muy probable que lo que diga el consenso de mercado no se vaya a dar por su propia naturaleza, ya que estará reflejado en los precios de los activos.
A continuación, veremos como, este año 2023, ha sido una claro ejemplo de lo explicado anteriormente:
- En primer lugar, hemos llevado a cabo un análisis de las expectativas a inicios de 2023 de diferentes bancos de inversión en base a su tamaño, presencia global, especialización financiera, etc. Entre ellos, Blackrock, JP Morgan, Morgan Stanley, Goldman Sachs, etc., y, en base a la opinión conjunta de todos ellos, se ha construido un consenso de mercado acerca de lo que se pensaba que iba a ocurrir en 2023. Si bien este consenso ha sido capaz de pronosticar algunos aspectos macro, no ha sido así en lo que respecta a la evolución de los distintos segmentos de los mercados financieros:
- En segundo lugar, en lo que respecta a la bolsa de EE. UU., medida por el índice S&P 500, los bancos esperaban que se quedara plana en torno al 2%, cuando el mercado ha subido un 25,5% en el año y además esto ha sido prácticamente en 3 meses (enero, julio y noviembre). Es más, desde un punto de vista puramente cuantitativo de valoraciones, ante una subida de tipos de interés, la valoración de las bolsas debería caer. Sin embargo, las bolsas dependen de muchas más variables económicas y financieras, que pueden soportar y fundamentar una valoración más alta.
- En tercer lugar, muchos gestores de fondos se encontraban fuera del mercado en enero de 2023, ya que pensaban que el ciclo alcista había terminado como consecuencia de las correcciones de 2022 . Sin embargo, los resultados del mes de enero fueron muy positivos en bolsa, por lo que muchos de ellos estuvieron en riesgo de ser despedidos, por haber dejado a los clientes fuera del mercado debido a su visión.
- En cuarto lugar, al igual que han existido meses muy positivos, también han existido a lo largo del año meses muy negativos, exacerbando el pesimismo de los inversores, complicando el market timing y haciendo especialmente difícil mantener el rigor en el proceso de inversión.
- En quinto lugar, han sido 7 las compañías que han originado la mayor parte de la rentabilidad del mercado estadounidense de acciones, lo que ha originado una gran dispersión entre gestores de inversiones de todo el mundo.
- En sexto lugar, mientras que la renta fija ha estado hasta el mes de octubre en tierra de nadie, los meses de noviembre y diciembre se han convertido en dos de los mejores meses consecutivos de su historia, alcanzando un 12,2% de rentabilidad en estos meses.
- Y, en séptimo lugar, a principios de año se observó un incremento significativo en la comercialización de productos de renta fija a vencimiento. Esto se atribuyó a la percepción de que una rentabilidad anual fija del 2-3% (salvo impago de los emisores) representaba una opción mucho más atractiva que estar expuestos al mercado en un contexto donde, aún, las subidas de tipos estaban siendo la tónica habitual. Sin embargo, la renta fija en euros agregada (corporativa y soberana) en euros ha alcanzado un 6% de rentabilidad en el año.
En conclusión, si equiparamos nuestra inversión al barco de la historia de Teseo, lo crucial no es tanto determinar si el barco sigue siendo el mismo tras reemplazar todas sus piezas, sino más bien, evaluar si mantiene el mismo desempeño después de dichos cambios. O, lo que es lo mismo, si se puede extrapolar el éxito del barco original al nuevo. Y, todo ello, sin olvidar que hay multitud de factores adicionales que escapan a nuestro control y que también influyen en el resultado esperado. Aquí radica la importancia de permanecer siempre invertidos de manera coherente con nuestros objetivos y plazos, disponer de un proceso de control y gestión de los riesgos y no tomar decisiones en base a datos cortoplacistas.
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