Los peligros de la acumulación de riesgos

Educación financiera
por Rafael Suárez
31 de octubre, 2024

A la hora de invertir, son múltiples los factores a tener en cuenta, desde las decenas de clases y subclases de activos, a cientos de indicadores macroeconómicos, factores geopolíticos, etc. De esta forma, para el ser humano es prácticamente imposible considerar el total de interrelaciones que existen, que prácticamente son infinitas, y lo que es peor, saber con certeza cómo aplicar todos estos inputs sobre nuestras inversiones.

A modo ilustrativo, si consideramos una cartera en la que hay 100 activos, y donde hay 20 indicadores económicos que tienen una incidencia relevante en estos, tendremos que considerar en primer lugar la interacción entre los activos por un lado y los indicadores por otro y, además, la interrelación entre todos ellos.

En consecuencia, el inversor tendría que analizar cómo influyen más de 3.000 relaciones en el comportamiento global de sus inversiones, por no mencionar que, en la vida real, ese número crece exponencialmente al existir segundas y terceras derivadas de consecuencias no previstas adicionales. Esto hace que los inversores en conjunto, en su afán por intentar batir al mercado, acaben obteniendo resultados notablemente inferiores, tanto a corto como a largo plazo, tal y como demuestra el estudio elaborado por Dalbar Associates (edición de 2023) acerca del comportamiento de los inversores.

En el siguiente cuadro se muestra, en primer lugar el retorno medio anual de cada inversor en diferentes clases de activos (puntos 1, 2 y 3), seguido del retorno anual del mercado en esos mismos activos (puntos 4 y 5), para finalmente calcular las diferencias entre unos y otros, siempre en contra de los inversores:

img

Metodología: QAIB utiliza datos del Investment Company Institute (ICI), Standard & Poor’s, Bloomberg Barclays Indices y fuentes propias para comparar los rendimientos de los inversores en fondos mutuos con un conjunto adecuado de índices de referencia. Cubriendo el período desde el 1 de enero de 1985 hasta el 31 de diciembre de 2022, el estudio emplea las ventas, reembolsos e intercambios de fondos mutuos cada mes como medida del comportamiento de los inversores. Estos comportamientos reflejan al “Inversor Promedio.” Basado en este comportamiento, el análisis calcula el “rendimiento promedio del inversor” para varios períodos. Luego, estos resultados se comparan con los rendimientos de los respectivos índices. Nota: Renta variable: S&P 500; Renta fija: Bloomberg Agg. Bond Index.

Adicionalmente, en el cuadro de la derecha también se observa que aquellos inversores que invierten en múltiples clases de activo ni siquiera consiguen mantener su poder adquisitivo en los últimos 5 años, y lo que es peor aún, los resultados a mayores plazos apenas baten a la inflación. Gran parte de lo anterior viene por los diferentes riesgos que los inversores van acumulando en sus carteras, pero de los que no son conscientes.

Para desarrollar esta idea utilizaremos una de las paradojas de Zenón, denominada paradoja del grano de mijo:

Esta paradoja afirma que, un solo grano de mijo no emite sonido alguno al caer, pero mil granos sí lo hacen. De ahí que mil nadas se conviertan en algo grande. De igual forma, podríamos decir que un pequeño riesgo en una cartera es casi imperceptible. Sin embargo, la acumulación de riesgos pudiera alcanzar con el tiempo un punto donde el efecto combinado de estos sea negativo y sorpresivo.

img

Por ejemplo, si un inversor comienza a construir sus inversiones de abajo hacia arriba, es decir, sin tener en consideración para qué invierte (sus necesidades y objetivos), es muy probable que acabe concentrando inversiones en activos en distintas divisas, en deuda de reducida calidad crediticia, en determinados sectores productivos, o incluso en alguna temática concreta o país.

De la misma manera, también puede ocurrir que el inversor, al realizar distintas inversiones, no tenga en cuenta la relación en el comportamiento entre estas, teniendo una falsa ilusión de diversificación. Esto se explica a partir de que el comportamiento de distintas inversiones puede responder a los mismos factores de riesgo, por lo que, en vez de diversificar, lo que realmente hacemos es concentrar riesgos, aunque no sea directamente visible.

Realmente, la asunción de cada uno de estos riesgos por separado es posible que no tenga un impacto material en el devenir de sus inversiones, pero todos ellos de forma conjunta harán que el inversor pierda el control de estas y, por tanto, su calma, lo que podría derivar en reacciones impulsivas al no entender cómo ha llegado a esa situación ni cómo retomar el rumbo adecuado. De hecho, es habitual que el inversor no se dé cuenta del verdadero riesgo que está asumiendo hasta que se da una situación que hace florecer los diferentes riesgos ocultos en su cartera de inversiones, siendo ya demasiado tarde para tomar medidas.

En este sentido, estas sobre exposiciones a determinados tipos de inversiones suelen ocurrir por dos vías: i) los sesgos del comportamiento, como por ejemplo invertir sólo en lo que conocemos y, ii) la libertad de elección en un sentido amplio. Si bien esta libertad es algo positivo, ya que nos permitirá acceder a las distintas inversiones, también puede ser muy peligrosa si no hemos definido hacia dónde queremos ir. Entonces, diseñar un plan de inversión que nos ayude a controlar nuestro comportamiento es vital para tener éxito, denominándose esto una política de inversión.

El resultado, cuando el inversor no cuenta con una política de inversión acorde a sus objetivos y bien entendida, es que no sea capaz de trasladar sus necesidades y objetivos vitales a parámetros de inversión, así como llevar a cabo una implementación de inversiones de manera eficiente, en costes y riesgos. Contar con una política de inversión le ayudará a entender cómo no (mal) reaccionar de manera negativa a los miles de inputs que nos impactan todos los días, pero sin ella sus resultados pesaran como muchos sacos de mijo cayendo a la vez.

La información difundida en este blog tiene una finalidad únicamente divulgativa. Cada persona es responsable de su política de inversión y Finletic no asume ninguna responsabilidad sobre sus acciones. La información está actualizada de acuerdo a la fecha que indica cada artículo.

Prueba nuestro simulador

Descubre cómo debes ahorrar para tu jubilación

FINLETIC CAPITAL SGIIC, SA, con CIF A-87878823, está inscrita en el Registro Mercantil de Madrid al tomo 35.927, folio 151, sección 8ª, Hoja M-645541 y en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores con el nº 257.

La inversión en instrumentos financieros conlleva riesgos financieros que deben ser valorados por los clientes antes de su contratación. Finletic incluirá en su cartera únicamente productos adecuados a su perfil de riesgo. A tal efecto, Finletic obtendrá la información necesaria sobre los conocimientos y experiencia del cliente, sobre la situación financiera y sobre los objetivos de inversión de aquel, con la finalidad de que la entidad pueda diseñar la política de inversión que más se adecue a sus intereses. No obstante, el precio o valor de una inversión depende de las fluctuaciones de los mercados financieros, que están fuera de nuestro control. Los inversores han de ser conscientes de que la rentabilidad histórica de cualquier inversión no constituye garantía de resultados futuros y, en función del tipo de inversión, puede ocurrir que el inversor pierda parte o la totalidad del capital. Si tiene alguna duda sobre los riesgos que comporta su inversión le invitamos a consultar el apartado FAQ de nuestra web y, si aún así tiene alguna pregunta sobre los riesgos de su inversión, puede ponerse en contacto con nuestros profesionales a través de cualquiera de los canales que encontrará en la sección Contacto.

© Finletic 2016 - 2025. Todos los derechos reservados.
Política de Privacidad y Aviso Legal / Política de cookies