Gestión pasiva camuflada de gestión activa con altos costes
Había una vez un lobo que quería cazar ovejas en un rebaño. Para no asustarlas, decidió disfrazarse poniéndose la piel de una de ellas, logrando pasar desapercibido entre el rebaño.
Durante un tiempo, logró engañar a las ovejas, pero finalmente atacó a una de ellas. Afortunadamente, las ovejas más astutas escaparon y aprendieron la lección de que no deben dejarse engañar por las apariencias.
Esta historia ejemplifica el fenómeno de la gestión activa camuflada, conocida como “Closet indexing”. En la inversión, la gestión activa ha sido promovida como una estrategia que busca superar a los benchmarks y obtener mayores rendimientos. Sin embargo, hay casos en los que los gestores “supuestamente activos”, en realidad, siguen índices de referencia y realizan una gestión pasiva. En España, según el estudio “Indexing and Active Fund Management”, el 42% de los fondos que se venden como gestión activa están gestionados de forma pasiva.
Estos gestores “activos” que, verdaderamente, están indexados a un índice, presentan una apariencia engañosa para los inversores. Se presentan como “lobos” activos en busca de oportunidades, cuando en realidad son “ovejas” que siguen al mercado. Estas estrategias de gestión activa camuflada pueden ser nocivas, ya que los inversores terminan pagando comisiones más altas sin obtener los beneficios esperados de la gestión activa.
Es importante que los inversores estén alerta y sepan discernir entre la verdadera gestión activa y aquellos gestores que se disfrazan de activos pero siguen pasivamente a los índices. Para ello, revisaremos a continuación una serie de indicadores que nos pueden ayudar a vislumbrar si se trata a ciencia cierta o no de gestión activa o de gestión activa disfrazada:
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Tracking error: mide la diferencia de la rentabilidad entre un fondo y su índice. Es decir, cuanto mayor sea, mayor desviación entre el comportamiento de un fondo y su índice existirá. Seguidamente, se diferencian tres niveles de tracking error:
- Tracking error 0 - 2%: fondo de gestión pasiva.
- Tracking error 2 - 5%: gestión con algo de riesgo, pero sigue muy de cerca al índice.
- Tracking error mayor 5%: fondo de gestión activa.
- Comparativa entre costes: la gestión activa, al ser normalmente más intensiva en recursos (analistas, research, etc.), se caracteriza por ser más costosa para el inversor, siendo el coste medio anual de 1,37%, en comparación con un 0,36% de coste anual en la gestión pasiva. Es por ello que no debemos pagar gestión pasiva a coste de gestión activa.
- R cuadrado (R2) indica qué parte del comportamiento de un fondo se explica por el comportamiento del índice. Cuanto más cercano a 1 sea, mayor similitud habrá y, por tanto, significa que el fondo está replicando, en gran medida, al índice.
- Falta de transparencia y divulgación en cuanto a la metodología y decisiones de inversión podría indicar que tratan de ocultar una gestión pasiva camuflada como activa.
- Índice de referencia es habitual encontrar fondos que se comparan contra índices que no son representativos de sus inversiones. Por ejemplo, comparar un fondo europeo con el Eurostoxx50, cuando este último es un índice de precios que no incluye el pago de los dividendos, que sí están incluidos en el propio fondo, siendo esta otra forma de camuflaje.
En conclusión, los inversores deben ser diligentes y realizar un breve análisis previo antes de invertir en fondos de gestión activa de inicio y, seguidamente, analizar si el valor añadido que generan, neto del exceso de costes asociados, merece o no la pena. La transparencia y la educación financiera son fundamentales para tomar decisiones informadas y evitar ser engañados por simples apariencias.
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